Los indicadores de pobreza en Navarra nos muestran una fotografía autocomplaciente, pero quien vive la pobreza en Navarra es igual de pobre que en otras CCAA.
En el análisis de las causas no podemos obviar factores externos como el coronavirus, la guerra de Ucrania o los flujos migratorios. Del mismo modo, tampoco podemos olvidarnos de las leyes de Extranjería o Vivienda, ni de la dificultad de acceso a recursos públicos de las personas en situación de exclusión social. Las soluciones son cuestión de voluntad política.
A pesar de todas las dificultades, en 2022 fuimos capaces un año más de cubrir las necesidades básicas de alimentación y vestimenta de la mayoría de personas que acudieron a París 365 en busca de ayuda. Por ello, gracias a las personas voluntarias, trabajadoras, usuarias, donantes y socias.
No obstante, no debemos olvidar que París 365 nació con la vocación de desaparecer y, fuera de nuestro comedor y nuestra despensa solidaria, ese horizonte de justicia social se ha ido alejando más si cabe en 2023.
Por desgracia, en el actual contexto de crisis, nuestros recursos no permiten atender a toda la demanda de personas abandonadas a su suerte por el sistema público. Pero en París 365 no tenemos afán de crecer, sino todo lo contrario. Tenemos claro que nuestro papel es tapar los agujeros del sistema público, mientras denunciamos sus carencias.
EL PADRÓN, ¿LLAVE O CERROJO DE DERECHOS?
En el último año hemos visto cómo cada vez había más y más gente viviendo en la calle, por lo que hemos centrado gran parte de nuestra incidencia política en el empadronamiento.
El padrón, algo tan natural para quien vive donde nace, es la llave de la mayoría de nuestros derechos más básicos: permiso de residencia y trabajo, pasaporte, permiso de conducir, Renta Garantizada, Servicio Navarro de Empleo, VPO, atención médica, votar, etc.
Además de regular el registro de las personas con vivienda fija en un municipio, la ley del padrón regula el empadronamiento activo. Es decir la inscripción de personas sin hogar, siempre y cuando los Servicios Sociales públicos tengan constancia de ello.
Pero desde París 365 y otros colectivos sociales venimos denunciando desde hace meses que las políticas públicas a menudo están hechas desde la lógica del efecto llamada, y no desde la del efecto acogida.
Es así como muchas personas migrantes o no, con contratos de alquiler irregulares o en situación de calle se están quedando en los márgenes del sistema.
Sin embargo, la realidad desmiente el discurso del “efecto llamada”. Las personas migrantes van a parar a uno u otro destino en función de múltiples factores como las ofertas de empleo, el idioma o las diásporas.
Los datos también desmienten que sólo se pueden asumir ayudas en municipios con poca migración. De hecho, en Barcelona, cuyo Ayuntamiento es una referencia en el modelo de empadronamiento activo, un 22% de la población es migrante, mientras que, en Pamplona, sólo un 11%.
En este contexto, por desgracia, la solidaridad casi siempre se limita a cubrir las necesidades más básicas, porque no hay recursos para más. En París 365 nuestra principal labor es garantizar la alimentación digna, pero a veces el voluntariado emprende acciones maravillosas que van más allá.
Ésto resulta especialmente imprescindible con los y las usuarias jóvenes migrantes, que necesitan una motivación superior a la mera supervivencia para no decaer en su particular búsqueda de una vida mejor.
PERFIL JÓVEN MIGRANTE EN AUGE
El perfil de las personas usuarias del comedor ha dado un giro desde la pandemia. Es cierto que mantenemos personas con edades más avanzadas que nacieron en Pamplona o que viven en la capital navarra desde hace ya muchos años. Sin embargo, ahora hay mucha más gente jóven, sobre todo procedente del Magreb.
Hay que tener en cuenta que la juventud local mantiene redes familiares que le permiten no caer en la exclusión severa en la que se encuentra generalmente la juventud migrante, llegada muchas veces antes de cumplir la mayoría de edad.
Las y los jóvenes están en riesgo de pobreza. La precariedad laboral o la cada vez más tardía emancipación han debilitado considerablemente la salud mental de la juventud autóctona.
¿Y qué decir de la juventud migrante? En París 365 les ayudamos principalmente con la alimentación y con la ropa, pero en 2022 surgió una iniciativa que ponía el ocio en el centro.
UNA APUESTA POR EL OCIO
Identificamos una afición común y gracias a la ayuda económica de Katakrak pudimos crear un equipo de fútbol formado por usuarios del comedor solidario París 365, la mayoría de ellos en situación de calle. Los vestuarios y el seguro médico, además, supusieron la garantía de la higiene y la atención sanitaria.
Después de un año exitoso, podríamos decir que con un final de película tras ganar su liga, tenemos un anuncio que hacer: Hemos creado la asociación Aelia, familia en árabe, que gestionará el equipo a partir de ahora.
De éste modo, París 365 puede centrarse de nuevo en su función principal. Al mismo tiempo, puede presumir de haber sido el germen de un nuevo proyecto de ocio, tan sólo un año después de la maravillosa experiencia del grupo de teatro de personas usuarias que actuaron en la obra Aporofobia stop.
LLAMAMIENTO SOCIAL
En el actual contexto de crisis, para seguir haciendo realidad el proyecto de París 365 con independencia económica se necesita mayor financiación social. De manera muy sencilla, en la web www.paris365.org es posible hacer una donación puntual o registrarse como socia o socio. La periodicidad y la cantidad de la cuota es libre, con un mínimo de 20 euros al año.